Liturgia

viernes, 6 de julio de 2012

Formación de Laicos

En la actualidad el ser humano nace, crece, se reproduce y muere, en una sociedad secularizada y secularizante, que manipula las conciencias y las voluntades gracias a la ignorancia de nuestros pueblos y a la vez ofrece una serie de ideologías y filosofías tales como, el consumismo, hedonismo, narcisismo, espiritismo, materialismo, fijismo, nihilismo, hosexualismo, sectarismo, etcétera. Que a la postre son el abanico de opciones contra las cuales debe de competir la fe cristiana.

Y a eso le aunamos el constante ataque que la cultura de la muerte realiza a los valores que no son negociables: la defensa de la vida humana, desde su concepción hasta su fin natural, la familia fundada en el matrimonio entre hombre y mujer, la libertad de educación de los hijos y la promoción del bien común en todas sus formas. (Exhortación Apostólica Postsinodal Sacramentum Caritatis). 

Ante este panorama los retos y desafíos para la Iglesia del siglo XXI, son cada vez mayores y exigen de la jerarquía eclesial nuevos procesos, métodos y técnicas de evangelización que responda a la idiosincrasia de nuestros pueblos y a la vez impulse y promueva el desarrollo integral del ser humano a través del perfeccionamiento (génesis 1:28) de las diversas dimensiones que lo componen (sexual, cognitiva, afectiva, emocional, social, psicológica, etcétera), permitiéndole realizar su vocación a santificarse en el amor y que además refleje y exprese la actualidad y el dinamismo del evangelio de Cristo.

La Iglesia como una madre, a la luz del evangelio debe sacar a los hombres de las tinieblas de la ignorancia y conducirlos a la luz de la verdad que es DIOS (Juan 14:6). “La fe y la razón son como las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad” (beato Juan Pablo II), privar al hombre del desarrollo de su capacidad cognitiva es mutilarlo en la búsqueda de la verdad y por consecuencia en su perfeccionamiento. Por lo tanto es un deber y un derecho de los dirigentes y lideres religiosos formarse y formar a los demás, no solo en la fe sino en todas las dimensiones y áreas del conocimiento para que esto le permita santificarse y santificar a los demás.
Si se forma a los laicos de una manera integral, estos tendrán la capacidad de dar razones de su fe, de exigir sus derechos, de criticar con criterio, de no ser manipulados por aquellos que manejan y controlan el conocimiento y trabajar por la abolición de las estructuras de pecado que lo deshumanizan. Puesto que la fe es razonablemente dogmática y dogmáticamente razonable.